Por: María Fernanda Pérez
Facilitador: Yordis Salcedo
A modo de introducción
La relevancia de la filosofía se debe a muchas razones en
las que se destaca el hecho de radica de ser la matriz mayor de los saberes y conocimientos, en donde se precisan principios
y verdades, emanan y convergen conocimientos, por otra parte es la filosofía el
lugar a donde llegan los aspectos depurados del conocimiento y de la ciencia,
con rango axiomático y de verdad, o con pretensiones de explicación
fundamental, a ella corresponde como gran matriz en la cual se inscribe todo
propósito del conocer y hacia la cual convergen todas las explicaciones y si
todas estas razones no fueran suficiente para destacar la importancia de su estudio
en cualquier profesión, área del saber o campo de estudio se debe mencionar que
en ella están inscritas un conjunto de categorías de orden epistemológico,
gnoseológico y ontológico .
En
este mismo orden de ideas bajo la perspectiva filosófica educativa tenemos la
opción de hacernos varias preguntas desde diferentes puntos de vistas: desde la
ontología ¿qué es el maestro
dentro de las organizaciones educativas ? a nivel axiológico ¿qué valores tiene el docente y sus
estudiantes y cómo se reflejan en las organizaciones? postura sociológica ¿cómo se encuentran
loa actores del hecho educativo los dentro de la sociedad?, postura epistemológica
¿en dónde radica el origen del conocimiento en la educacion? postura psicológica ¿de dónde vienen
las acciones del maestro ? en fin, nos encontramos sumergidos dentro de este
universo de conocimientos y tenemos la oportunidad de asumir una posición o
varias posiciones para generar nuestra propia filosofía de vida .
Relación de la Filosofía con
la Educación
Tanto
la Filosofía como la educación tienen su campo de acción la cual debe ser
comprendida para que sea claro el rol que desempeña cada uno de ella en este
momento y tiempo histórico los cuales evolucionan con el paso del tiempo
generándose entre ellas una especie de simbiosis, reciprocidad y apoyo entre
las mismas primeramente la filosofía establece las raíces fuertes para sustentar los postulados
propuestos por la ciencia y a su vez la educación tomando estos conocimientos
para apropiarse de todo este saber científico que le permita a esta ciencia
mediante diversas teorías y leyes realizar de manera adecuada su función y gestionar
los recursos que tenga a su disponibilidad y obtener de ellos la mayor
eficiencia y eficacia en las labores planteadas cada día.
A su vez la filosofía genera las
estructuras lógicas de la ciencia, su tratamiento y las relaciones observables
de la misma, y dentro de ella misma se pueden evidenciar distintos ámbitos de
la ciencia como lo son: la ética, la axiología, la teleología, la epistemología
entre otros, de igual importancia.
Ahora bien entrando en materia y descrito con
anterioridad la relación existente entre la filosofía y la educación ya desde
tiempos muy remotos e históricos las civilizaciones fueron buscando la manera
de obtener los recursos necesarios para vivir, así como la optimización de los
mismos estas estructuras generaron los cimientos y las raíces de la filosofía
de la cual la educación tomas las teorías, los procesos y un conjunto de
conocimientos propios de esta disciplina científica.
Para
ser maestro se hace es necesario tener nociones fundamentales de filosofía no
se trata de llegar hacer ser filósofo o científico. Sin embargo, hoy día es un
hecho reconocido que la praxis del docente se encuentra indiscutiblemente conformada por
las herramientas, métodos y en general por todos los aportes teóricos
aplicables al área, generados a partir de investigaciones desarrolladas
partiendo de los paradigmas científicos vigentes en su respectivo contexto
histórico. Igualmente se encuentran influenciados por los principios,
costumbres y creencias que definen a la sociedad en la cual se desarrollan sus
actividades. En este sentido, cuando se requiere hacer un estudio profundo de
las relaciones complejas que se establecen entre los diferentes elementos que
afectan el hecho educativo, tomar en consideración
elementos filosóficos o más concretamente desde la perspectiva que ofrece la
filosofía.
A
lo largo de la historia, desde la aparición y desarrollo de las ciencias, con
el posterior advenimiento de las teorías y modelos educativos, se han observado
casos excepcionales en los cuales mentes brillantes partiendo de la práctica
han generado importantes aportes al estudio de la educación. Sin embargo, dada
la complejidad de las relaciones que se desarrollan en la sociedad actual, a
los efectos de desarrollar investigaciones científicas en este campo es
necesario hacer uso de las herramientas que ofrece la filosofía en su sentido
amplio. En este orden de ideas no se trata simplemente de conocer qué pensaron
los filósofos y científicos del pasado y
qué piensan los del presente, el objetivo trascendental es modelar la
arquitectura mental del investigador para hacerlo pensar como filósofo,
llevarlo a hacerse las preguntas adecuadas que le permitan abordar el
conocimiento, para de esta manera realizar un aporte significativo y válido
para el desarrollo de las ciencias sociales.
La educación como un hecho social
La educación es un hecho o fenómeno consustancial
al hombre y creado por él. Su génesis y evolución marchan paralelos con la
creación y desarrollo del lenguaje y con el origen y evolución de la cultura y
civilización.
La realidad o mundo objetivo está constituida por
un conjunto de hechos o fenómenos debidamente estructurados e interrelacionados
que pertenecen al mundo de la naturaleza o que son creados por el hombre. Los
hechos o fenómenos de la naturaleza son preexistentes e independientes de él,
aunque actúe sobre ellos; constituyen una realidad objetiva que busca que
descubrir, describir y explicar en sus causas, relaciones, efectos y
transformaciones. Los hechos o fenómenos creados por el hombre son, por el
contrario, fruto de su actividad pensante y de su acción sobre la naturaleza en
busca de bienestar y realización.
Él, desde sus orígenes, ha sido el creador de
múltiples hechos sociales, económicos, políticos, religiosos, jurídicos y
educacionales, entre otros. Ambos hechos o fenómenos constituyen lo que se
suele llamar el “mundo objetivo”, en la medida que existe independientemente
del conocimiento que tengamos sobre ellos. Conjuntamente con este mundo
objetivo coexisten objetos o fenómenos ideales o estrictamente formales,
creados por el hombre como construcciones teoréticas relacionadas con la
realidad o que transcendiéndola se proyectan al mundo de las puras ideas.
La educación, como parte de este mundo objetivo,
constituye uno de los hechos o fenómenos que más ha preocupado al hombre en
cuanto a su identificación, descripción, explicación, orientación y
optimización. La creación del lenguaje escrito posibilitó que sus esfuerzos por
describirla y explicarla se plasmaran en una teoría, surgiendo con ello un modo
alternativo al conocimiento directo del fenómeno educativo. Surge así la teoría
de la educación. Entendemos por teoría de la educación el
conjunto de proposiciones que el hombre fórmula para describir, explicar,
optimizar e incluso predecir el hecho o fenómeno de la educación.
Una teoría
puede ser más o menos rigurosa según se refiera a hechos de naturaleza
científica, filosófica, tecnológica o de otro tipo, pero en cualquiera de los
casos es una forma o manera de describir y explicar la realidad o los objetos
ideales.La teoría educativa describe, explica y se proyecta sobre los campos,
objetos, sujetos y procesos educacionales. Su rigurosidad tiene que ver con el
hecho educativo considerado como ciencia, filosofía, arte o técnica.
Como ciencia, son proposiciones verdaderas,
validadas y comprobadas; como filosofía, son proposiciones fruto de reflexiones
rigurosas que responden esencialmente al para qué y al qué de la educación
aunque se proyectan sobre toda la educación; como arte son proposiciones que
expresan la particular manera de percibir, interpretar, valorar y expresar la
educación; y como técnica, son proposiciones que contienen normas y procedimientos
que optimizan o limitan el desarrollo de la educación.
Paciano Fermoso, en su obra Teoría de la Educación,
al tratar sobre la epistemología de la teoría educativa, señala las
dificultades para definirla debido a la vinculación tradicional del concepto de
teoría con las ciencias naturales y con las funciones descriptivas y
explicativas de hipótesis verificadas; dificultades que se presentan un tanto
en las ciencias sociales de las cuales la educación es una parte. No obstante
ello, sostiene que “La teoría de la educación es la justificación teórica de
las actividades prácticas del proceso educativo”.(1)
Según Jorge Capella (2) la teoría de la educación
es “un sistema de hipótesis debidamente verificadas, de leyes científicas y de
principios de fundamentación y de organización que se refieren al conocimiento
y transformación del fenómeno educativo, y que se proyectan a prevenciones y
predicciones respecto a sus efectos”. Señala que con frecuencia suele
utilizarse indistintamente los términos “teoría de la educación” y “filosofía
de la educación” como sinónimos debido al uso en sentido amplio de la voz
“Theoria” y que por tanto convendría hacer la distinción en el sentido de que
“la Teoría de la Educación consiste en un cuerpo de doctrina científica que
orienta el fenómeno educativo y el quehacer que hace posible sus
transformaciones. La filosofía, en cambio, es el conjunto de reflexiones no
científicas que consideran qué es educar y con qué fin se lleva a cabo la
educación, reflexiones que fundamentan toda la praxis educacional, y aun el
mismo uso del Corpus científico” (3).
Para él la Teoría de la Educación está constituida
sólo por aquel sector de conocimientos del fenómeno educativo que tienen
rigurosidad científica, ámbito que a nuestro juicio es limitado ya que
consideramos que la Teoría de la Educación comprende toda la gama de
proposiciones formuladas en torno a los hechos o fenómenos de naturaleza
educativa, sean éstos de carácter filosófico, científico, tecnológico o de otro
tipo.
Valoraciones Finales
La
filosofía se concibe como una actividad de alto rango que intenta liberar a la
mente de los problemas que son resultados de confusiones conceptuales o
lingüísticas. No se sugiere la filosofía como la única forma de entenderla. En
la actualidad, esa clase de filosofía educativa ha sido reemplazad por un punto
de vista que distingue entre teoría educativa y filosofía de la educación y
argumenta que la tarea del filósofo no es elaborar teorías generales sino
analizarlas y criticarlas.
Referencias
Consultadas
(1) Fermoso, Paciano. “Teoría De La Educación”.
Edit. Trillas. México. 1981. P.105.
(2) Capella, Jorge. “La Educación. Un Enfoque
Integral”. Edit. Cultura y Desarrollo. 2ª Edición. Lima. 1987. P.78
(3) Capella, Jorge. Ob. Cit., P. 77
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