LAS FORMAS DE MIRAR
DESDE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
Por: Adriana Miranda
INTRODUCCIÓN
El concepto de paradigma (un vocablo que deriva del griego paradeigma) se utiliza en la vida cotidiana como sinónimo de ejemplo o para hacer referencia a algo que se toma como modelo (i). Un paradigma guía la forma de hacer ciencia.
A diferencia de otras ciencias (del positivismo), en la que la mayoría de los conceptos tienen para la comunidad científica —y para el público— un significado claro, sin lugar a ambigüedades, en las ciencias sociales cada vez resulta más frecuente encontrar palabras que responden a significados que coloca cada investigador, es decir, nacidos a la luz de una teoría o contexto establecido por cierto autor, alcanzando relevancia tal que el nuevo concepto —o la nueva acepción— es rápidamente acuñada y pasa a la literatura mundial y al uso frecuente en el lenguaje cotidiano (ii)
En las ciencias sociales, el concepto de paradigma se encuentra relacionado con el de cosmovisión, que se emplea para mencionar a todas aquellas experiencias, creencias, vivencias y valores que condicionan el modo en que una persona ve la realidad y actúa en función de ello. Esto quiere decir que un paradigma es también la forma en que, en el momento histórico, se entiende el mundo y, se agrupan en diferentes corrientes con nombres más o menos similares.
En las ciencias sociales, el concepto de paradigma se encuentra relacionado con el de cosmovisión, que se emplea para mencionar a todas aquellas experiencias, creencias, vivencias y valores que condicionan el modo en que una persona ve la realidad y actúa en función de ello. Esto quiere decir que un paradigma es también la forma en que, en el momento histórico, se entiende el mundo y, se agrupan en diferentes corrientes con nombres más o menos similares.
Este ensayo tiene como propósito acercarse, de forma superficial, a las formas de pensamiento de los paradigmas de investigación, para fijar una posición ante estas.
Tratando de presentar
todas las visiones
En los últimos años se ha visto como están surgiendo nuevas formas de producción del conocimiento desde paradigmas distintos al positivismo, porque son cambiantes conforme a la manera como se percibe la vida en cada época.
Muchas veces el seguimiento de una corriente está estrechamente relacionado con la forma como un investigador se ha formado, tiene que ver con la relación entre sus pares, además del pensamiento que predomine en las instituciones donde se desenvuelve.
También, es natural y frecuente apreciar como quienes siguen una corriente, presentarán como erróneas todas las innovaciones intelectuales, hasta que en algún punto sean asumidos por estos, y llegando a considerarlas finalmente como propias. Probablemente, esto ocurre porque inevitablemente se describen las características del paradigma nuevo tomando en cuenta los ya conocidos, en consecuencia, al ser una influencia dominante, todas las demás afirmaciones se juzgarán tomando a esta como referencia, quizás no se podrá producir nada reconocible como conocimiento fuera de la forma socialmente dominante (iii).
Básicamente, existen dos grandes grupos, que se puede decir que contemplan a todos los paradigmas: el enfoque cualitativo y, el enfoque cuantitativo, apoyados en estos dos grandes conceptos coexisten, en sus métodos y metodologías, todos los paradigmas.
El positivismo, el acercamiento interpretativista, el acercamiento crítico, la complejidad y la transcomplejidad, en su orden de aparición cronológico, son las denominaciones de paradigmas más populares.
El positivismo sostiene que el conocimiento, considerado positivo, se basa en los fenómenos naturales, sus propiedades y relaciones (rechaza la metafísica y la teología). El positivismo se fundamenta en tres principios básicos: fenomenalismo (no existe diferencia entre apariencia y esencia), nominalismo (todo lo que existe es particular) y la ciencia única (que afirma que se puede abrazar un gran número de objetos y de especies diferentes, por lo que es lícito utilizar los mismos métodos para alcanzar el conocimiento) (iv).
El paradigma crítico mantiene que la conducta social no puede explicarse sin interpretar de forma individual a cada individuo. Este paradigma está influenciado por el enfoque fenomenológico, el hermenéutico y el humanista. Se fundamenta en que la educación no es neutra, se ve influenciada por una ideología.
Bajo el paradigma de la complejidad existen dos grandes posturas en el hecho educativo: una ocupada por definir el mundo postmoderno y el currículo que le corresponde y, la otra, ocupada por la distancia tan grande entre la teoría y la práctica y la poca influencia que ha tenido para el cambio la teoría sobre el currículo. (v)
En la transcomplejidad por ser un enfoque reciente, sus creadores mantienen que todavía no se le puede denominar paradigma y, con humildad, lo han llamado enfoque integrador que ve y busca la realidad de forma multidimensional (desde diferentes disciplinas para complementar al resto de los paradigmas).
Las formas de pensamiento y la formación profesional
¿Pueden la formación profesional y el ambiente de desarrollo influir en la corriente de pensamiento? La respuesta a esta interrogante la da la formación de la Comunidad Económica Europea, así como la forma como un individuo (futuro investigador) es formado desde la escuela.
Si se intenta resumir brevemente lo que ha ocurrido en el entorno europeo desde su constitución hasta la actualidad en el ámbito concreto de la formación profesional, se puede llegar a la conclusión de que se ha percibido un cambio de planteamiento desde los tratados constitutivos de la Comunidad Europea, hasta los instrumentos posteriores que facilitan el intercambio y la definición de políticas que promuevan el acercamiento, con el objeto de facilitar la movilidad de la comunidad de investigadores (vi).
Aunque todavía pueden pasar muchos años hasta que se pueda alcanzar la uniformidad en las maneras de pensar, de concebir la educación y de evaluar la capacidad de producción de conocimiento como resultado de la formación profesional, es evidente que algunos años después de firmarse los primeros tratados que dieron origen a la Comunidad, ya hay una tendencia claramente definida en el sentido de que es posible lograr progreso económico y social a través de una política seria de formación y de un ambiente receptivo para recibir e integrar a los investigadores.
En América, los avances en este sentido, han sido todavía más lentos, con poco apoyo a la investigación educativa. El apoyo mayor lo han recibido los estudios basados en el enfoque positivista, quizás porque los resultados derivan en lo tangible, y, no se le ha dado tanta importancia, en el currículo, al impacto social de las investigaciones cualitativas.
Los avances se hacen como iniciativas individuales o de pequeños grupos, los resultados de los trabajos son poco divulgados. Se puede decir que falta apoyo de los entes acreditados, este es un gran problema que es necesario estudiar y buscar solución, pero será tarea de otro trabajo.
CONCLUSIÓN
Definitivamente, el progreso de la humanidad acompaña al progreso de la ciencia. La investigación es el motor principal del avance en la calidad de vida del humano. Calidad de vida no solo relacionada con lo tangible que ha producido la investigación desde el paradigma positivista – tecnología, por ejemplo -, sino también con las mejoras que han derivado de las investigaciones humanísticas – por ejemplo, entender al ser humano desde su esencia para resolver problemas sociales – La evolución del pensamiento humano ha dado paso a la aparición de nuevos paradigmas que buscan enfrentar las múltiples aristas de su esencia.
Cada región, según su desarrollo y sus instituciones deben soportar a la comunidad científica en su fin último, pero falta que den el apoyo necesario para establecer la relación pensamiento – formación profesional.
La postura entonces, no debe ser encontrar diferencias, ni encontrar aspectos favorables o desfavorables entre un paradigma u otro (porque han surgido para dar respuestas a situaciones en distintos momentos y a diferentes dudas de los investigadores). La intención debe ser tratar de encontrar la raíz de las diferencias para que las instituciones encargadas de la formación aporten lo necesario para que cada discípulo de un paradigma enfrente a su realidad de manera asertiva, lo que con seguridad, más adelante, se traducirá en la producción de conocimiento.
REFERENCIAS
(i)Definición De. Disponible: http://definicion.de/paradigma/ Consulta: febrero, 2016.
(ii) Acosta, F. Universidad
Politécnica CUJAE. Revista iberoamericana de educación. ¿Sabes realmente qué es
un paradigma?. Disponible: http://rieoei.org/deloslectores/819Acosta.PDF. Consulta: febrero, 2016.
(iii) Guadalupe, M. Análisis de
los paradigmas educativos consensuados. Disponible: http://marisolguadalupe.bligoo.com/analisis-de-los-paradigmas-educativos-consensuados#.Vt3B233hDcc. Consulta: marzo, 2016.
(vi) Pedraza, B. OEI-Revista
Iberoamericana de Educación. La formación profesional en el entorno.
Disponible: http://rieoei.org/deloslectores/300Pedraza.pdf. Consulta: marzo, 2016.
(iv) Lora, R. Atlantic
International University (AIU). El
positivismo. Disponible: http://www.aiu.edu/publications/student/spanish/el-positivismo-augusto-comte.htm. Consulta: marzo, 2016.
Por ello es que se mantiene que el paradigma no fenece sino que sirve de soporte para el que emerge.
ResponderBorrarExcelente aporte compañera.
ResponderBorrarA lo largo de la historia, desde la aparición y desarrollo de las ciencias, con el posterior advenimiento de las teorías y modelos educativos, se han observado casos excepcionales en los cuales mentes brillantes partiendo de la práctica han generado importantes aportes al estudio de la educación. Sin embargo, dada la complejidad de las relaciones que se desarrollan en la sociedad actual, a los efectos de desarrollar investigaciones científicas en este campo es necesario hacer uso de las herramientas que ofrece la filosofía en su sentido amplio. En este orden de ideas no se trata simplemente de conocer qué pensaron los filósofos y científicos del pasado y qué piensan los del presente, el objetivo trascendental es modelar la arquitectura mental del investigador para hacerlo pensar y , llevarlo a hacerse las preguntas adecuadas que le permitan abordar el conocimiento, para de esta manera realizar un aporte significativo y válido para el desarrollo de las ciencias sociales.