Rafael Simón Ortega Rondón
“Actualmente sólo se puede pensar en el
vacío del hombre
desaparecido. Pues este vacío
no profundiza una carencia;
no prescribe una
laguna que haya que llenar,
no es nada más, ni
nada menos, que el
despliegue de un espacio en
el que por fin es posible
pensar de nuevo”.
MICHEL FOUCAULT
Aproximaciones
a una Introducción
Abordar la investigación teniendo como base
una nueva visión del conocimiento, y por lo tanto de la realidad, representa un
verdadero reto para quienes se dedican a investigar el estado del arte de todos
los aspectos que rodean al ser humano y el contexto donde se desenvuelve.
Obviamente, resulta un
proceso complejo y por lo tanto su abordaje debe escapar, sin obviarlo del
todo, del pensamiento disyuntivo y reduccionista propio de la modernidad.
El reto está en la necesidad de
re-plantearlo, re-dimencionarlo y trascenderlo para obtener un acercamiento a
la realidad bajo una perspectiva epistémica de múltiples dimensiones. Se
pretende entonces, desde lo teolológico, conjugar, amalgamar, descubrir y
construir aportes que contribuyan a difundir esta nueva visión del conocimiento
que ha sido denominada la transcomplejidad.
Nace la transcomplejidad
Se asume que, con la publicación de su libro
Organizaciones Transcomplejas Lanz (2001) introduce la noción de transcomplejidad,
la cual suele ser definida como una visión epistémica que acoge, en complexus,
las propuestas axiomáticas de Morin (1996) que están desarrolladas en sus
planteamientos sobre el denominado pensamiento complejo y por otro lado, la
transdisciplinariedad propuesta por Basarab (1996) que abarca, entre otras
disciplinas, la filosofía, psicología, política, antropología, economía,
sociología, historia, ecología y lingüística.
Mas adelante Schavino
y Villegas (2010) definen a la transcomplejidad en términos de “un proceso
bio-afectivo cognitivo, pero también socio-cultural institucional- político de
producción de conocimientos, como un producto complejo que se genera de la
interacción del hombre con la realidad de la cual forma parte”. Planteado de
esta manera, esta visión trasciende las explicaciones disyuntivas explicativas
de la relación sujeto/objeto y allana los mecanismos para el transitar en
redes, de manera articulada y en interacción constante, elementos éstos que
representan parte del sustento constituyente de la realidad en términos de la
complejidad.
La investigación transcompleja
Se puede definir ésta como un proceso complejo que surge como consecuencia de la vinculación articulada y estrecha del ser humano con su propia realidad. Se trata de un evento con una importante carga biológica afectiva y cognitiva, con enlaces reticulares socioculturales y políticos.
La investigación transcompleja
Se puede definir ésta como un proceso complejo que surge como consecuencia de la vinculación articulada y estrecha del ser humano con su propia realidad. Se trata de un evento con una importante carga biológica afectiva y cognitiva, con enlaces reticulares socioculturales y políticos.
En este sentido la investigación transcompleja
representa una ventana abierta hacia lo interaccional, donde la comunicación
reticular se presenta como un verdadero sistema abierto de interacciones que se
producen en un determinado contexto y el cual constituye el origen de la
realidad, una realidad verdaderamente compleja.
Por lo tanto se debe entender que con la
investigación transcompleja, el conocimiento de la realidad llega a través del
despliegue de conexiones reticulares interrelacionadas. Vista así, esta forma de hacer ciencia asume
los recursos del consenso y el conflicto en dinámica asociación y recordando a
Morin (1996) esta asociación descansa sobre cuatro bases independientes: la
racionalidad, el empirismo, la imaginación y la verificación.
El rol del sujeto
El ser humano es asumido como un ser complejo
que posee, por un lado, el razonamiento
como característica resaltante; vale decir, la capacidad para resolver
problemas, construir sus propias conclusiones y hacerse de los hechos de manera
consciente, para lo cual despliega diversas conexiones causales y lógicas. Por
otro lado, el ser humano está cargado de motivación afectiva, nuevas formas de
pensar y actuar cargadas de aspectos antropológicos, biológicos y físicos que
funcionan como redes complejas que se reproducen infinitamente con la
experiencia.
En ese marco Morin (1996) propone dos nociones
fundamentales para entender al sujeto: En primer lugar, sin que esto tenga un
carácter jerárquico, plantea el principio de identidad compleja que actúa como
un catalizador que crea las condiciones para la subjetividad y la objetivación
del ser sujeto. En segundo lugar expone el principio de la identidad colectiva,
vinculada al nosotros en una sinergia dialógica, elemento que lleva a la
construcción y comprensión de la realidad que se investiga.
A manera de conclusión
La realidad estudiada
por la transcomplejidad tiende a ser percibida como un todo, lo cual permite,
de manera indefectible, el incremento del saber y hace posible la contrastación
y confrontación de conflictos, sin obviar que el ser humano vive en un mundo
complejo y además enfrentando de manera decisiva la evidente autodestrucción
del planeta por falta de conciencia, abandono de la espiritualidad y la
autodestrucción material que acompaña a la especie humana del presente, lo cual
representa un verdadero peligro para su subsistencia a nivel universal.
Referencias
Basarab, N. (1996). La
Transdisciplinariedad. Manifiesto. Multiversidad Mundo Real Edgar Morin A. C.
Hermosillo. México
Lanz, R. (2001).
Organizaciones transcomplejas. Caracas: Editorial Imposmo/CONICIT.
Morin, E (1996).
Introducción al Pensamiento Complejo. Barcelona: Ed Gedisa
Schavino, N. y
Villegas, C. (2010). De la teoría a la praxis en el enfoque integrador
transcomplejo. Proc. del Congreso Iberoamericano de Educación Metas 2021,
Buenos Aires, Argentina, 13-15 de septiembre de 2010.
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