PARADIGMA
Lic.
Débora Salinas
Facilitador:
Dr. Yordis Salcedo
De la palabra griega
paradeigma, se deriva el término paradigma, este vocablo se utiliza en la vida
cotidiana como sinónimo de ejemplo, y algunas veces para hacer referencia a algo que se toma
como modelo. A partir de la década de los años 60, los alcances de la
noción se ampliaron y paradigma comenzó a ser un término común en el
vocabulario científico y en expresiones epistemológicas cuando se hacía
necesario hablar de modelos o patrones.
Es así, como en el año de
1963 el epistemólogo e historiador de la ciencia Khun, utiliza el término para
explicar la evolución histórica del pensamiento científico, y lo adapta para
describir con él a la serie de prácticas que trazan los lineamientos de una
disciplina científica a lo largo de un cierto lapso temporal. Considerándose
entonces, el termino como un molde para
la resolución de cierta clase de
problemas.
En el campo astronómico, por
ejemplo, el primer paradigma fue el Almagesto de Tolomeo, sobre cuya base se
desarrolló la ciencia hasta el siglo XVI, cuando Copérnico confirmó el nuevo paradigma heliocéntrico, a su vez
sustituido por la sistematización newtoniana del Universo y, en el siglo XX,
por la teoría de la relatividad de Einstein.
Estas sustituciones de
un modelo demuestran que la ciencia no
opera por acumulación según un modelo de progreso, como suponía el positivismo,
sino por rupturas revolucionarias. Cada nueva solución no se afianza sobre la
precedente, sino que la reemplaza, cambiando, por así decirlo, las reglas del
juego. Lo que significa que no fenecen, sino que se reemplazan.
La observación fundamental
de Khun es que cada paradigma vencedor consiste no sólo en un nuevo marco
teórico corroborado por evidencias lógicas o experimentales, sino también de
una serie de asunciones o aceptaciones metafísicas
y de generalizaciones simbólicas, a menudo vividas de manera
inconsciente por los científicos, y que mantienen su influencia como
pre-juicios en su pensamiento. Por otra parte están los valores
epistemológicos, profesionales, éticos, ideológicos y políticos; finalmente,
los ejemplos de resolución de problemas.
Kuhn estableció una distinción dentro de la ciencia, que
define dos modos: la ciencia normal y la ciencia revolucionaria.
La ciencia normal,
característica del periodo histórico en el que un paradigma es aceptado,
desarrollado y sistemáticamente aplicado para producir previsiones científicas
cada vez más perfeccionadas. Sus principios dominantes son aceptados por la
comunidad de científicos de la misma manera que los valores religiosos o
políticos, y con una fuerte resistencia a cualquier desviación. En otras
palabras, la ciencia normal es un intento para forzar la naturaleza a que entre
en el espacio conceptual establecido por la educación.
Con respecto a la ciencia revolucionaria, que coincide con
la instauración de un nuevo modelo
explicativo, por lo general en un contexto de gran entusiasmo: cada paradigma
no solo debe demostrar que es superior al anterior, sino que además debe
garantizar que creará desarrollos interesantes,
interpretando la naturaleza sobre la base de los nuevos conceptos,
confrontando los hechos con las previsiones de la teoría, ensayando los modelos
explicativos en otros ámbitos del saber, los científicos tratan de resolver los
problemas científicos aún no resueltos, pero se espera puedan serlo en el marco
conceptual ofrecido por el nuevo paradigma.
En las ciencias sociales, el paradigma se encuentra relacionado al concepto de cosmovisión, este término se emplea para mencionar a todas aquellas experiencias,
creencias, vivencias y valores que repercuten y condicionan el modo en que una
persona ve la realidad y actúa en función de ello.
Esto quiere decir que un paradigma es también la forma en que se entiende el
mundo.
Miguel
Martínez (1997), refiere que el volumen
de conocimientos que se descubren anualmente es tan grande que se duplican cada
cuatro o cinco años y, en algunos campos, incluso más rápidamente. Estos
conocimientos están cada vez más
interconectados: unos depende de otros. Así va apareciendo una
superdisciplina formada por una red de relaciones que la ciencia tradicional,
clásica, es incapaz de descifrar. Esta interdependencia de las ciencias y de sus contenidos hace
ineficaces la gran mayoría de los instrumentos conceptuales y metodológicos tradicionales y exigen un
nuevo modo de mirar las cosas, un cambio fundamental epistemológico, es decir,
un nuevo paradigma.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ubaldo, N. (2004). Atlas Universal de Filosofía. Editorial Océano.
Martínez, M. (1997). El Paradigma Emergente.
Hacia una nueva teoría de la racionalidad científica. México: Editorial
Trillas.
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