"Cualquier tonto inteligente puede
hacer cosas más grandes
y más complejas ...
Se necesita un toque de genialidad ---
y mucho coraje para moverse en la
dirección opuesta."
- E.F.
Schumacher -
Rafael Simón Ortega Rondón
Iniciando el camino
Aunque inicialmente las corrientes positivistas descartaron los
objetivos de sus investigaciones, resulta pertinente señalar que, mas
recientemente para algunos, por no decir muchos o la mayoría, los objetivos de
investigación representan uno de los elementos fundamentales del proceso mismo.
Todo depende de lo que se indaga, del contexto y la visión que tenga el sujeto
cognoscente. Para otros, personifican la hoja de ruta, el timón que
conduce el curso del acto investigativo, durante todo el transcurso del
proceso. Se pretende entonces por un lado, construir una idea pedagógica para
entender los alcances de los objetivos y su real utilidad, para quienes se
acercan de múltiples maneras al proceso de investigar, y por otro lado,
comprender si efectivamente los objetivos representan la panacea universal.
Descubriendo los objetivos
Independientemente del modelo epistémico que sostenga su
trabajo, todos los investigadores e investigadoras se sumergen en las aguas del
conocer y señalar los objetivos de su investigación, aunque en algunos casos
este acto no sea explícito y por el contrario se deje reflejado de manera
sobreentendida.
Bajo la sombra de una descripción teolológica se podría afirmar que, los
objetivos de una investigación representan el fin último, la meta, el
propósito, la intención, lo que se quiere “descubrir”, lo que se quiere
conseguir cuando se realiza una investigación.
Al respecto se tiende a señalar que los objetivos son resultados que
prevén o se desean alcanzar en un plazo determinado. Por lo tanto, para la
construcción de objetivos resulta muy útil plantearse el qué, cómo y por qué,
lo cual facilitaría su conformación y llevaría directamente a la resolución de
problemas.
En tal sentido, se puede decir que personifican todo lo que se desea
obtener y por lo tanto, su redacción debe realizarse tomando en
cuenta diversos pasos concretos, los cuales pueden variar dependiendo de los
criterios epistémicos y metodológicos seguidos por quien investiga, así como de
las características y el contexto donde se realiza la investigación.
Así entendidos, los objetivos, estarían directamente relacionados con
diversas situaciones problemáticas, donde las primeras ideas representan una
vía muy aproximada a la realidad que se pretende investigar. En tal sentido,
Balestrini (2006) plantea que “orientan las líneas de acción que se han de
seguir en el despliegue de la investigación planteada; al precisar lo que se ha
de estudiar en el marco del problema objeto de estudio”.
Una visión holística de los objetivos de investigación
Desde una perspectiva mas competa, los objetivos no pueden ser
encasillados dentro de una única forma de comprender la realidad. Esto sería
reduccionismo puro, simplificación o mas concretamente disyunción. Los eventos
humanos son mas complejos y, como se ha dicho en otras oportunidades, su
explicación trasciende a lo observable, medible y cuantificable, a
lo aparente y disyuntivo. Se trata entonces de orientar los objetivos hacia el
esclarecimiento del nivel de producción del conocimiento, representando esto
una visión mas integradora y combinatoria del proceso investigativo.
En consecuencia, los objetivos desde una perspectiva holística orientan
al investigador a desarrollar su proceso investigativo, y consecuentemente a
precisar la ruta o las rutas a seguir. Tal cual lo señala
Hurtado (2008), constituyen niveles de complejidad en la elaboración del
conocimiento y por lo tanto el énfasis de la investigación se centra en los
objetivos y no al contrario. En términos de la autora, el método se subordina a
los objetivos.
Particularidades de los objetivos de investigación
La característica fundamental de un objetivo es que conduce directamente
a la obtención de un logro. En segundo lugar se aclara que para construir un
objetivo, éste debe comenzar con un verbo en modo infinitivo que no implique la
realización directa de una o más actividades.
Frecuentemente, cuando se redactan objetivos, se tiende a confundir
éstos con las actividades propias de la investigación. En tal sentido algunos
autores plantean que, para no caer en el plano de las confusiones, se debe
tener en consideración el lugar en el trabajo escrito donde se coloca el
resultado producto del enunciado específico. Hurtado (2008) señala que “el
producto de un objetivo de investigación siempre va en los resultados y en las
conclusiones mientras que el producto de una actividad metodológica siempre se
ubica en alguna otra parte del informe…”
Sin embargo, en algunas oportunidades, la construcción de un objetivo
puede incluir la realización de una actividad y el logro a obtener, pero lo que
realmente caracteriza al objetivo es la inclusión de ese resultado que se
espera alcanzar, aunque en su redacción no aparezcan actividades.
El objetivo general
El objetivo general representa el fin último de toda
investigación y debe redactarse tomando en consideración el propósito integral
de la indagación. Está íntimamente ligado al tema en estudio y al título de la
investigación.
Tal como lo señala Balestrini (2006) una investigación puede tener más
de un objetivo general y esto estaría determinado por los diversos grados de estudio
y el propósito de la misma.
Desde una perspectiva holística, el objetivo general encarna el nivel de
complejidad del conocimiento que se aspira construir a lo largo del estudio
Hurtado (2008). En consecuencia, el objetivo general precisará el tipo de
investigación en curso.
Los objetivos específicos
Sin dejar de recalcar su importancia, los objetivos
específicos pueden ser definidos como objetivos secundarios que se desprenden
del árbol general pero que siguen ubicados dentro de su más íntimo contexto.
Así definidos, Se puede decir que son partes de un todo que busca finalmente
facilitar el proceso para alcanzar las metas a las que se llegará con las
conclusiones.
En ese orden de ideas se puede decir que, los objetivos específicos son
el conjunto de metas precurrentes para alcanzar un objetivo general.
Concluyendo
La
importancia de los objetivos para el curso de la investigación y sus resultados
es evidente. Éstos determinan directamente el tipo de investigación a
desarrollar, por lo que su redacción debe ser cuidadosamente elaborada, ya que
de ello depende en gran medida el éxito de los resultados a obtener. La
investigación representa un acto de responsabilidad, de manejo ético y cuyos
resultados dejan claro el camino para el conocimiento de la realidad. En
consecuencia, conseguir la experticia necesaria para construir objetivos,
representa un reto complejo no solo para quien investiga, sino también para
quienes, actuando como docentes o tutores de trabajos de investigación, juegan
un rol relevante en el curso del desarrollo de lo que se investiga.
Referencias
Arias, F. (2006). El proyecto de investigación. Editorial Episteme. ORIAL Ediciones, Caracas.
Balestrini, M. (2006). Cómo se elabora el proyecto de investigación. BL Consultores Asociados, Servicio editorial, Caracas.
Hurtado, J. (2008). Cómo formular objetivos de investigación, una comprensión holística. Sypal y Ediciones Quirón. Caracas.
Excelente
ResponderBorrarLos pasos y consideraciones deben variar considerando el tipo de investigación (cuantitativa o cualitativa).
ResponderBorrarEsta claro y preciso lo expresado por el compeñero Rafael Ortega que un objetivo es que conduce directamente a la obtención de un logro. ya que Éstos determinan directamente el tipo de investigación a desarrollar. gracias por su aporte
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