RELACIÓN
ENTRE LAS TEORÍAS EDUCATIVAS Y LA MARGINALIDAD EN LATINOAMÉRICA
Jeimi C. Izurieta H.
Comprender el fenómeno de la marginalidad y
su relación con el hecho educativo en América Latina es un proceso complejo, debido
a las características específicas de la región, su evolución histórica, social,
económica, además de sus aspectos geográficos y los procesos políticos que se
han gestado en las últimas décadas. Por lo tanto, es necesario describir
algunas perspectivas teóricas para poder alcanzar una interpretación aproximada
a este fenómeno. Sabíani en su texto,
nos presenta dos grupos de teorías, ambos explican el problema de la
marginalidad de maneras distintas. El primer grupo denominado de “teorías
no-criticas”, percibe a la sociedad y a la educación fundamentalmente
equilibradas, cuyo principal objetivo es la integración de las personas al
sistema.
En
el segundo grupo llamado por Sabíani de las “Teorías Criticas”, la sociedad se
concibe dividida en dos factores totalmente opuestos, en el que hay un grupo
dominante que se beneficia de la producción de quienes han sido excluidos, y en
el que la marginalidad es comprendida como algo inherente a la estructura
social. Desde esta perspectiva, la educación ha facilitado el aumento de la
marginalidad y ha reforzado a los grupos dominantes capitalistas.
En
este sentido, la educación no habría logrado dar solución al problema de la
marginalidad, por el contrario se convirtió en una forma de reforzarla y
reproducirla. Lo que indicaría que el sistema educativo no ha logrado sus
objetivos fundamentales que consisten en permitir que los estudiantes alcancen
el pleno desarrollo de su personalidad y desarrollen competencias que les
permitan ser exitosos, para incorporarse a la sociedad como personas útiles y
felices, que contribuyen al avance y desarrollo de la región.
Las pruebas PISSA han permitido a la UNESCO
determinar el nivel de calidad de estudiantes de varios hemisferios y hacer
comparaciones en cuanto a sus habilidades y competencias en diversas áreas, los
estudiantes latinoamericanos desafortunadamente no han logrado alcanzar las
competencias esperadas y están muy por debajo de los de otras latitudes, lo que
ha motivado la necesidad de investigar las causas de esta situación. La
educación es el camino que tiene la sociedad para avanzar hacia el progreso, la
paz, y una convivencia equilibrada dentro de un marco de valores, es por eso
que hemos presenciado el deterioro de la misma, con el aumento de fenómenos
como la marginalidad y la violencia desmedida en nuestro continente.
El papel de la escuela ha sido muy
cuestionado, con la aparición de la educación integral en el año 1920 se le
pretendió otorgar a esta, múltiples responsabilidades que van más allá de la
formación académica de los estudiantes. La escuela nueva impulsó la necesidad
de convertir las instituciones educativas en lugares en los que el niño
encontrara un ambiente agradable, para atraparlo y enamorarlo de los beneficios
de adquirir nuevos conocimientos, además de atender la formación de hábitos,
habilidades socio-emocionales y valores.
La importancia de tener una buena educación
para nuestros pueblos latinoamericanos es fundamental, se reflejará en el
desarrollo social, económico y cultural de estos. Sin embargo, surge la
inquietud referente a si la educación que se ha impartido hasta hoy, ha sido la
más idónea en la lucha por alcanzar no solo el conocimiento, sino el perfil
deseado para nuestros estudiantes. Es por
ello, que en las últimas décadas los líderes y organismos internacionales se
han enfocado en atender e investigar los problemas educativos a través de
reformas curriculares y otras estrategias, lo que indica que ya deberíamos
estar viviendo los cambios esperados, por el contrario, los datos y
observaciones señalan el aumento de los índices de deserción y repitencia.
Ya casi a las puertas del año 2016 los
resultados del PERCE, SERCE y TERCE,
tres estudios regionales comparativos y explicativos del LLECE (Laboratorio Latinoamericano de
Evaluación de la Calidad de la Educación) instituto que pertenece a la UNESCO, indican
en cuanto al resultado de estos cambios curriculares y pruebas que han
realizado a estudiantes de diversos niveles, que solo se han observado avances en cuanto al aumento de
la matricula, a la inclusión de personas con discapacidad al sistema, la
disminución de los índices de analfabetismo y la incorporación de sectores de
población indígena. Estos tres estudios revelan que los estudiantes
latinoamericanos no han logrado avanzar en cuanto al alcance de competencias en
áreas tan fundamentales como lectura, escritura y matemática.
La nueva escuela del siglo XXI debe quebrar
los viejos paradigmas tradicionales excluyentes, y convertirse en ese lugar en
el que docentes, niños, jóvenes y familias se integran en un trabajo conjunto. La atmósfera escolar debe ser atractiva y acorde a los intereses de los
estudiantes, con docentes innovadores y preparados para atender las
individualidades. Tal como lo plantea Sabíani la nueva pedagogía puede surgir
del contexto y no como una acción compensatoria, sino como un camino más
definido y con objetivos claros, en el que se reconocen las limitaciones de la educación
y el estado asume sus responsabilidades.
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